lunes, 11 de mayo de 2009

Se me desajusta el centro: Gepe en concierto


Llegadas prematuras me hacen escuchar anticipadamente mi pena. Já! Y es que escuché unas canciones de la prueba de sonido. La calle estaba desierta y los peatones indiferentes miraban con recelo el sonido de las guitarras y de la voz melodiosa brotar de los muros de concreto indelebles. Esperé. Cantaba.
A eso llegaron mis amigos; risas fatuas y silencios de calamidad. Se escuchó una voz reconocible y el show comenzó. Una gran experiencia si se toma en consideración que el tipo parecía sacar TODO (sí, es increíble) lo que estaba dentro de mí y lo musicalizaba al más puro estilo gepinto. Genial; saber que al menos hay alguien más que siente igual. Bien po, já je!
Pero qué deshinibición! Bien prematuros los cálculos pero qué más da. Todos lo sabemos. Mención especial los sonidos puros y la tremenda voz del sujeto. Para qué decir las letras y el piano embustero. Pucha que pasa lento el tiempo (8)...

Y no importa que haga frío. Cabe destacar: A la vista, Samoriseva, Doce minerales (nueva) y Los barcos.

Saludos a todos. Nos vemos en una nueva melodía transeúnte.

Días tres


No ha sido un mal día. Es más, me parece que el aire ha circulado con más facilidad dentro de mí, lo que es siempre algo positivo. Y no sólo el aire, sino todo aquello que conforma lo que yo soy y me hace el Luis único que esconden estos pelajes de carne. La Universidad va bien; he estudiado mucho. Mi padrino parece estar aceptando con buenos signos vitales todo el tratamiento que, esperamos, matará aquel bicho diabólico que tiene en su cerebro y que nos tiene a todos con la garganta reseca y la fe confiada. En realidad espero que su salud mejore, pues mucho depende de él. No he perdido el tiempo, y eso me hace sentir feliz, o al menos normal, no triste. Lidiar con todo lo que siento se ha vuelto tarea más llevadera, y de alguna manera ya no me afecta tanto palpar la cercanía de aquella persona que tú, Luis, tanto conoces en pensamiento. Está presente gran parte del día. ¿Será una cosa buena? Lo dudo, quién sabe. Hoy las miradas se cruzaron un par de veces, y pucha que cuesta descifrar sus ojos, sus entornados ojos de miel. El día estuvo nublado, al igual que mi silencio.

Día dos


En realidad, no es el día dos, ni tres, ni veinte. Ha pasado mucho tiempo desde que no escribo, y es que si no llega la ola afluente a mis manos, soy un ser inerte a lo que escritura se refiere. Estudio. Me gusta lo que hago. Ahora mismo estoy en la biblioteca, laptop en mano, tipificando mis sentimientos para poder después hacer un flash back como es debido. A los días que han pasado, a la suma de mis días. Es ahora en definitiva cuando te encuentras que en verdad es difícil no aceptar la ironía de la vida. Ni yo mismo sé de qué hablo. Adiós.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Día uno


Y claro, todo el mundo parece saber lo que hacen. Y en verdad yo también lo sé; sólo que a veces todos luce caótico en mi mente. Quizás no sé, o quizás si sé, pero cada persona que habla a mi lado, se mueve a mi lado, camina a mi lado, vive a mi lado, reduce cierto espacio para la felicidad. Es así como lo siento: estoy casando, desanimado, deprimido, hopeless, pero en verdad tengo que seguir con esto; sé que puedo, soy capaz. Siempre lo he sido. Esta vez no será la excepción. El cielo luce amable y el aire no escasea, gracias a Dios. Me pregunto si hoy veré a aquella persona de nuevo. En verdad no quiero, aunque sí; es pecaminoso, pero intrigante. No me queda más opción que recuperar lo que voy perdiendo a gotas y beber de la copa de la perseverancia. Quizás así lo logre. Quizás así sobreviva.