Aguas de virtud.
Corregir la voz para que sintonice
Con un clavicordio de inquietud;
Será inquieta la mañana
En que eso sea posible.
Pues mis pies son lavados en una laguna
Donde crece fauna de sensatez,
Donde no hay lugar para la potencia,
Y donde el sol ya no brinda su luz imperfecta.
Y es entonces cuando me sumerjo de espaldas:
El no respirar pasa a ser un accidente verde,
Y los pliegues de agua me sacuden la incertidumbre;
Yazgo enfermo en el fondo de lodo.
El tono púrpura de mi piel no indica otra cosa
Que estoy aprendiendo a ser digno,
Alzado frente a un sinfín de troncos amables
Que conforman un altar pagano a la impaciencia.
Por la senda recta caminaré empapado,
Aun chorreando gotas de aquel lago insano,
Que se encargó de curtir mi voluntad potra,
Y de limpiar de mis rincones todo rastro de pecado.
Sin embargo el camino es de tierra,
De rocas, de madreselvas,
Y que me ensucie pasa a ser un accidente rojo.
El lago ya no volverá a rociar su virtud.
Significa eso que la vida sigue,
Que no importa si atardece, lo importante es socorrer
A la carne cuando ésta llama.
Cuando llama, y no es atendida.
Olvidaré lo aprendido y seré el ciego
Que es ciego por no querer ver.
Y gemiré hasta la luna el placer que emana como leche,
Para repetir mi insolencia por los siglos de los siglos.
Y que me condene a mí mismo
Pasa a ser un accidente negro.
Luis Bravo.
sábado, 19 de diciembre de 2009
Aguas de virtud
Escrito por Luis Alejandro Bravo a las 4:28 p. m.
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