viernes, 29 de enero de 2010

Ciervos


Ciervos


Bebe el agua del arroyo,
bebe su maleza
y levanta la vista.
Búscame entre los troncos finitos,
entre la hierba,
y entre los altares.

Enséñame a galopar sereno,
en un ritmo de antaño,
que nos da impluso,
a ir cortando la brisa amarilla.
Enséñame a ser pulcro,
y arrancar del peligro cuando éste se asoma.

Recorre conmigo el sendero,
toma mi cuerpo y hazlo nieve.
Indica con tu pelaje
el lugar exacto donde me quieres.
Y mantendré mi posición, escueto,
y aguardaré a que regreses.

Conoces el bosque
como yo conozco tu salvaje aroma.
Vuelas entre el muzgo
y te confundes con la espesura.
Y me deseas,
mi infantil silencio de barro y felpa.

Monta mi alma que nada cerca,
y hazla indómita de nuevo,
como la nube negra, negra.

Indómita de nuevo,
ciervo manso.






Luis Bravo.

1 comentario:

Simón González Daza dijo...

me encanto!!
es un verdadero viaje humano hacia el alma animal y salvaje, muy bello lo que eso muestra.
saludos amigo :D