viernes, 19 de febrero de 2010

Prisa.

Va el ave con prisa,
porque el tiempo no existe.
No existen las horas ni los segundos.
Sólo existe la prisa.

Atraviesa los ríos negros,
y se sumerge en una nube inocua.
Rinde honores a la cordillera,
y luego regresa con los arrecifes.

Nada lo detiene, es voraz,
al alimentar su sed de viento y brisa.
Gira digno sobre cabezas fatuas,
y su espiral auréolo es finito como el campo.

Se eleva cada instante más alto,
zumbando sus alas y cuerpo.
La prisa alimenta su argumento,
y llega al cielo de febrero.

Me encuentra a mí tendido en las alturas,
con la cabeza llena de lluvia,
y no se detiene a hablarme,
no;
circunda mis piernas con su prisa audaz.

Sin embargo escucho su voz de ave,
que me inunda la conciencia atormentada,
y reconozco pocas palabras,
y las atesoro en mi incetidumbre.

Se ha alejado el ave con prisa,
y me ha dejado austero y silencioso.
Las palabras fueron cinco:
Hogar, Crecer, Carretera, Judas, Amor.

Era la respuesta que siempre
había estado esperando para mi vida.
Y ahora río, a carcajadas, mi dicha.

Va el ave con prisa,
porque el tiempo no existe.




Draco.

3 comentarios:

Alfredo García Cid dijo...

Cuando vuelas, todo se ve más claro. Puedes volar sobre las nubes, puedes alcanzar el cielo.
Vuelas hacia el infinito y no hay límites.
Allá arriba está la sabiduría y hay algunos que aspiramos a eso.

Saludos.

roknil dijo...

calma :)

Luis Alejandro Bravo dijo...

:D sí, calma.